0133_Federico Noriega Acosta. A la flagelación
Federico Noriega Acosta 5º
A LA FLAGELACIÓN
¡Perdónales, Señor! muriendo clama,
en éxtasis de amor en su agonía
porque más que el dolor le consumía
de inextinguible amor, ardiente llama.
Del Gólgota en la Cruz, el Hijo muere,
y muere por amor, amor sublime,
de un amor generoso que redime,
hasta la misma mano que le hiere.
Y esa llama de amor que le ilumina
en su muerte al Señor, es esperanza
de poder alcanzar gracia divina.
Y es su abrazo clavado en el madero
con los brazos abiertos, la enseñanza
de un mensaje de paz al mundo entero.
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